lunes, marzo 31, 2008

Pulled to bits...

Hoy se cumplen dos meses.

Toda la basura que he acumulado y que no tengo planes de recoger del suelo la he movido a los rincones de la casa, la computadora lleva cuatro días encendida y el calor que produce es tanto que mi ventilador ya no lo puede combatir, si no fuera porque la computadora muestra la hora y tiene calendario habría perdido la noción del tiempo, y de toda la comida que compré no me queda ni la cuarta parte. Esto no me preocupa porque desde hace un par de semanas he tenido hambre sólo una vez al día, y en ocasiones ni siquiera eso.

Mi celular se descargó hace mucho y cancelé la línea de teléfono de mi casa antes del primer día. Dejé pagados 6 meses de renta y arreglé que la cuenta de electricidad fuera pagada por medio de mi tarjeta de crédito antes de comenzar esta cosa a la cual ya no sé si llamar “experimento” o simplemente “capricho”, lo que es cierto es que hace ya bastante tiempo me daba vueltas por la cabeza levantarme un día y simplemente desaparecer. No quise contarle mi idea a nadie, la primera semana la pasé viendo cómo se acumulaban las llamadas perdidas de personas del trabajo, amigos e incluso un par de familiares que seguramente se habrían preocupado por no recibir noticias mías. Ahora mismo deben pensar que estoy muerto, pero ya pensaré en algo qué inventarles, tiempo libre es lo único que me sobra.

Aun así, estos últimos días no he podido dormir tranquilo. De hecho comienzo a tener bastante miedo y mis esperanzas de salir vivo de mi propia casa se desvanecen mientras pasan los días. Nunca he sido una persona que se asuste fácilmente, pero es difícil ignorar el hecho de que aquí está pasando algo que no es agradable.

El primer mes fue bastante relajante, tanto que cuando se cumplieron esas primeras cuatro semanas decidí que había tenido suficiente privacidad. Pero cuando estaba frente a la puerta de la entrada no encontré las llaves de mi casa. Estaba seguro de que no las había movido de la mesita de la entrada desde el primer día, y no hay forma de salir de la casa sin ellas, porque los barrotes de las ventanas no están lo suficientemente separados como para que yo pueda salir por ahí. Pasé un par de horas golpeando la puerta y gritando con esperanzas de que alguien me escuchara pero no tuve éxito. Busqué por toda la casa más de dos veces, pero no las encontré.
En el transcurso de la semana siguiente comencé a escuchar susurros a horas del día al azar, pero supuse que se debía a la falta de conversación que he tenido. También en una ocasión durante esa semana estaba en el baño y la puerta se cerró sola, pasé el resto del día tratando de abrirla pero al no poder lograrlo decidí dormir en la tina y cuando desperté la puerta estaba abierta de nuevo. Pero ahora la puerta de mi cuarto estaba cerrada al parecer con llave y no he podido abrirla desde entonces, los susurros dejaron de escucharse excepto cuando paso cerca de esa puerta.

Había tratado de ignorar todo eso, y mi principal objetivo estas cuatro semanas ha sido encontrar mis llaves, no tiene caso buscar de nuevo entre la basura del suelo ni tratar de abrir la puerta del cuarto, me he resignado a dormir en la sala, no ha sido relajante porque he tenido sueños extraños en los que estoy frente a la puerta de mi cuarto y los susurros vuelven, sonando cada vez más fuertes y llegando a ser gritos cuyas frases no puedo entender, lo he intentado, en serio lo he hecho. Pero se vuelven tan fuertes e insoportables que termino despertando agitado y sudando. Ya van cuatro veces en las que justo cuando despierto escucho como la puerta de mi cuarto se cierra de un golpe.
Hoy volví a soñar con los susurros/gritos. Pero esta vez en lugar de tratar de entender lo que decían me acerqué y traté de abrir la puerta, esto provocó que los gritos se volvieran más fuertes que nunca, y a pesar de eso me tomó mucho esfuerzo despertar.
Cuando lo logré estaba acostado en el suelo con rasguños en mi cara y en mi pecho, miré mis manos. Parecía que lo había hecho yo mismo.

Fui al baño a revisar mis heridas (para esto tuve que pasar cerca de la puerta de mi cuarto, lo cual provocó que comenzara a escuchar susurros de nuevo).

…..

Es raro, no sé si pueda explicarlo bien.

Cuando me vi al espejo noté que los movimientos de mi reflejo eran más lentos que los míos. Incluso si fuera solo mi imaginación, los susurros provenientes de mi cuarto no me ayudaron a tranquilizarme. Me quedé algunos segundos inmóvil, tratando de demostrarme a mi mismo que eso no había pasado, mi reflejo tampoco se movió así que quedé satisfecho, me mojé la cara y cuando me levanté de nuevo ahogué un grito al ver cómo el rostro de mi reflejo estaba aun seco, mientras que yo sentía como del mío escurría agua con sangre. Instintivamente golpeé el espejo haciendo que se rompiera y los pedazos cayeron sobre el lavabo, salí de ahí improvisando una venda con mi playera, la cual rápidamente se llenaba de sangre. Los susurros continuaron cuando salí de ahí, pero ahora estaba seguro de que ahora venían también del baño.
Traté de correr, pero cuando volví a pasar cerca de la puerta de mi cuarto las voces pasaron tan rápido de susurros a gritos que caí de rodillas al suelo, me arrastré tratando de alejarme lo más que pude pero los gritos eran tan insoportables y se escuchaban tan claramente como si las personas que gritaban estuvieran junto a mi.

Cerré los ojos tratando de no escucharlas, pero era inútil. Durante lo que parecieron horas no dejaban de gritarme y no pude ni siquiera arrastrarme, sabía que era inútil. De repente como si supieran que me había rendido se detuvieron de un golpe. Tardé unos segundos en atreverme a abrir los ojos, solo se escuchaba (quería suponer que era) el sonido de algunos trozos del espejo cayendo al lavabo. Iba a tratar de levantarme, pero un nuevo sonido provocó que quisiera volver a escuchar los gritos.

La puerta de mi cuarto se abrió, soltando un rechinido propio de alguna película de terror. Un escalofrío me recorrió el cuerpo y el corazón me latió más rápido que nunca. No podía evitarlo, tenía que hacerlo y quizás dependía sólo de ese momento la única oportunidad que habría de salir de esa casa en la que ya no estaba yo solo.

Con la respiración aún agitada traté de controlarme, cerré los ojos lo más fuerte que pude y los abrí de nuevo. Tenía que hacerlo.

Me apoyé en la mano que no me dolía y volteé hacia la puerta de mi cuarto.

12 comentarios:

El Che dijo...

Yo lo amo, ya verás.

Anónimo dijo...

Wey... me recordó a un cuento de Julio cortázar, el de... Casa tomada.

Y, yap XD

Me gustó la atmosfera que le metiste al cuento, algo claustrofóbico a lo mejor. Chidillo.

[Green Kusanagi 100% ] dijo...

Admítelo, te autoretrataste :ind:

Sonia Ló dijo...

no me atrevo a poner las historias
que he hecho... es patetico no?

esta ha sido mi favorita :)

Nightwing dijo...

Creo que... creo que como que no le cache mucho o simplemente no me gusto...

Tal vez es el hecho de que ando haciendo tarea mientras lo lei... ni idea.

Anyway, no esta tan mal.

adsa dijo...

Me gusto Dude, Algo Enfermo, pero agradable ;D.

Valdovinos dijo...

Es horrible que no tenga final-

[Green Kusanagi 100% ] dijo...

Ya, admítelo, eres tú el wey de tu historia.

Anónimo dijo...

El final apesta, si es que la última línea fué el final, o a menos que pienses continuar la historia cosa que dudo.

Mario dijo...

Divertidamente yo opiné lo mismo del final cuando terminé esa línea. Pero no me vino a la mente ningún final bueno, por eso es que lo dejé así.

Simón Andres dijo...

No me gusto, la anterior estubo mejor.

Muere puto! <3

Valdovinos dijo...

Ah, y no me gusto.

La saturaste de situaciones, aparte, es poco creible TÚ personalidad en el cuentito.

:)