viernes, septiembre 26, 2008

Peacebone...

-¡¿QUE TU QUIERES QUÉ?!.
Su grito provocó un breve y apenas perceptible eco en el resto de la casa.
-El divorcio. Tu sabes tan bien como yo que no podemos seguir así.
Apenas pude reconocer mi propia voz, después de tantos años por primera vez tenía ese tono de autoridad y por primera vez terminaba una oración sin la casi obligatoria frase "Sí, amor".

-...Nnn-no.
-¿No?
-¡No!
-¿Cómo que no?
-¡NO!
Se levantó de la mesa temblando. Me miró a los ojos como si yo hubiera dicho una mala palabra que ella nunca había escuchado.
-¿Por qué... me haces esto? -Su voz se quebró al final de la pregunta.
-Hay alguien más. -Mentí.
-¿Quién?
-No la conoces.
-Tengo derecho a saber su nombre, ¿no?
-No la conoces. -Esta vez lo dije más lento.
-¿Es *********?
-No. Te digo que no la conoces.

Caminó hacia la barra y buscó con la mirada el cajón donde guardamos los cuchillos y las cucharas grandes y una vez que lo localizó me miró de nuevo haciendo una mueca que con mucha imaginación parecía una sonrisa.
-¿Me vas a decir quién es?

Ese día, al momento de escuchar el cajón abriéndose, esa vieja costumbre mía de siempre cerrar con llave las puertas de la casa me pareció sin lugar a dudas la estupidez más grande del Mundo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

SU Z?

Mario dijo...

Brillante deducción.

Anónimo dijo...

- Dejaré mi mensaje tras el "Biiip !"

-BIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIP ¡!-

Ehm, ok, estimado Spike... es mi deber informarle que vuestros relatos van por buen camino.

Ah, y que en un par de días hemos de pasar a incautar sus bienes.

Lindo día.

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